El miedo, enemigo de las oportunidades
El miedo o pánico, en algunos casos extremos, es una sensación muy común en los seres humanos. Es un sentimiento que siempre está ahí. Nunca se va, está presto a aparecer y amargarnos la vida en circunstancias en las que necesitamos valentía y fortaleza mental.
El Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española (RAE) define el miedo como: “angustia por un riesgo o daño real o imaginario. Recelo o aprensión que alguien tiene de que le suceda algo contrario a lo que desea”.
Como lo dije anteriormente, el pánico aparece cuando tenemos miedo en ‘nivel dios’. Dice la RAE que es: “miedo o terror: Extremado o muy intenso, y que a menudo es colectivo y contagioso”.
Decirles que el miedo se erradica con terapia o algún método milagroso es mentira. ¡Señores! Hay que aprender a convivir con este sentimiento; además, controlarlo, porque si no lo hacemos estaremos en serios problemas.
Yo lo hice, pero me costó al principio. No fue fácil dominar esa sensación cuando estás frente a una cámara, te hacen el conteo regresivo y se prende la luz roja que indica que estás al aire. Peor aún, ante casi 30 mil personas y en una tarima.
Tengan claro que es una necesidad controlar el miedo. Ustedes no se imaginan cuántas personas han perdido una oportunidad laboral, un amor o un ascenso por temor al qué dirán.
En mi caso logré dominar le pánico teniendo mis ideas en orden y estableciendo prioridades sobre lo que quería para mi vida. Tenía la ilusión de estar en televisión y no podía dejarme vencer del miedo a una cámara o una multitud. Una vez tuve claro eso, procedí a dar el segundo paso: prepararme todos los días.
Entendí que solo podía estar segura de lo que hacía si a diario me dedicaba a capacitarme, a adquirir conocimiento, saber qué sucedía a mi alrededor. Era lo más elemental y funcionaba como una toma de valeriana para los nervios.
Créanme, esto aplica para cualquier profesión y circunstancia de la vida, por eso, mi invitación es a estar siempre preparados para cuando llegue el momento. Es duro decir que no a una oportunidad teniendo las condiciones necesarias para asumir una determinada responsabilidad.
Si dejas que el miedo te domine no lograrás nada, los obstáculos muchas veces están en la mente. Les repito, el miedo siempre estará ahí, la clave está en dominarlo adquiriendo conocimiento y preparación. Tengan la seguridad que si cumplen con estas dos tareas el miedo, después de unos segundos, se aplacará y empezará a relucir otra característica: la confianza.